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PONGÁMONOS EN SITUACIÓN:
Tras el golpe de Estado de julio de 1936, Aragón quedó dividido en dos. Los rebeldes se hicieron con el control de la parte occidental de la región, quedando las tres capitales de provincia dentro de la zona “nacional”. Las milicias armadas, mayoritariamente anarquistas, llegaron desde Cataluña y Valencia; su concurso fue fundamental para rechazar el alzamiento en localidades como Caspe, Alcañiz o Barbastro. Tras ello se hicieron con el control de la mitad oriental de Aragón, la cual había quedó a su suerte, sin instituciones provinciales ni autonómicas que la rigieran. Surgía así un nuevo Aragón revolucionario, colectivizado, donde los comités antifascistas en manos de las fuerzas de izquierda sustituían a los Ayuntamientos.
En la práctica, las columnas, con la CNT catalana tras la mayor parte de ellas, controlaban la región sin contemplar la creación de órgano alguno para la autogestión del Aragón leal a la República. Como ejemplo, la mayoría de pueblos de la zona oriental de Aragón se veían sometidos a una continua requisa de bienes y alimentos. Además, la indisciplina en muchas de las columnas agravaba la situación.
Por todo ello el Aragón republicano caminaba hacia el colapso económico. Así fue cómo el 6 de octubre de 1936, en Bujaraloz, el pleno de sindicatos de Aragón acordó la creación de un gobierno regional al que llamaron Consejo Regional de Defensa de Aragón. Por primera vez en la historia de la humanidad se constituía un gobierno anarquista. Tras un primer paso por Fraga, a finales de diciembre de 1936 el Consejo de Aragón escogió Caspe como sede oficial del gobierno regional.
Dentro del territorio que permaneció leal a la República, Caspe era la ciudad con más número de habitantes. Era, además, un lugar de referencia por su prosperidad económica radicada mayoritariamente en el sector agropecuario y por sus numerosos servicios. A comienzos del invierno de 1936 se habían instalado en la ciudad buena parte de los comités provinciales y regionales de sindicatos y partidos políticos afines al Frente Popular. Todos estos motivos fueron determinantes para que el Consejo de Aragón decidiera trasladarse a Caspe.
EL GRUPO ESCOLAR, SEDE DEL CONSEJO:
El Grupo Escolar, inaugurado en 1929, era un edificio idóneo para instalar en su interior el aparato administrativo del Consejo. Además, disponía de su propio refugio antiaéreo, un antiguo pasadizo del convento. Consejeros, subsecretarios y funcionarios trabajaban en las antiguas clases y desde aquí se dictaban las disposiciones del Consejo, que luego se hacían públicas a través del Boletín Oficial. Tras la disolución del gobierno regional el edificio fue utilizado como hospital de sangre por los republicanos, y unos meses después los rebeldes le darían el mismo uso durante la Batalla del Ebro. En la fotografía que mostramos, tomada en el porche, aparecen algunos consejeros como Ángel Roig, de Izquierda Republicana y responsable de Obras Públicas, o los cenetistas Luis Montoliu, Miguel Chueca, y Francisco Ponzán.
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