Grabado con Garmin Etrex 30
Track completo:
El Anillo de Picos
Comencé a andar con el amanecer, entre bruma, sobre las 7:45. Esta parte de la etapa fue para mi única. Iba solo y se escuchaba cada cierto tiempo un ciervo berrear, ya que estaba comenzando la época. La ruta asciende hasta un claro, en el que se podía ver el macizo occidental entre cubierto de nubes bajas, para volver a meterse en el bosque. En este tramo mientras paré a beber escuché unos sonidos, me quedé quieto y me fije en que dos ciervos se estaban acercando a mí, uno con cornamenta y el otro más pequeño sin ella (Supongo que sería una hembra). No se fijaron en mi hasta que, a no más de diez metros, se quedaron quietos mirándome. En el momento en que me moví para coger la cámara se fueron corriendo bosque abajo. Sin duda unos e los momentos del viaje.
A partir de ahí la ruta asciende hasta el collado de Dobres para volver a descender de forma más vertical y volver a introducirse en el bosque. Aparte de los ciervos y el sonido de la berrea, se podía ver setas que hacía que me parase cada dos por tres. El tramo entre Vegabaño y Valdeón, que me dijo el muchacho del refugio que se tardaba tres horas andando tranquilamente, tardé en hacerlo 4 horas.
El bosque da paso a una pista que pasa por el pueblo de Soto de Valdeón, donde paré a almorzar, la Posada de Valdeón y finalmente Cordiñanes. Antes de Cordiñanes hay una fuente en la carretera donde recargué agua para afrontar la parte dura del día, la subida a Collado Jermoso.
La subida al collado Jermoso son 1200 metros de desnivel en 6 kilómetros. No es una subida fácil pero a su favor se compensa con unas de las vistas más espectaculares de Picos. Se sube hasta Vega Asotín con unas vistas del macizo occidental con Peña Santa de Castilla destacando sobre todos. De Vega Asotín se asciende poco a poco con unas vistas a la Torre del Friero espectaculares y que con cada paso que se da gana más en espectacularidad. Se llega a un collado, antes de la subida del canal de Congosto, en el que disfruté de las mejores vistas de toda la travesía. La Torre del Friero y el macizo occidental desde un punto de vista único con Cordiñanes al fondo y gran parte de la senda recorrida a lo lejos tomando perspectiva de lo andado.
La subida por el Canal de Angosto es una subida en la que hay que llevar mucho cuidado, hay que usar las manos en muchas ocasiones y si la piedra está mojada puede ser bastante peligrosa. Medio trepando se llega por fin al refugio, el cual no ves hasta que estás prácticamente en el.
El refugio de Jermoso es de los mejores junto con el de Vegabaño. La vista de todos los picos del macizo central es única y el entorno del refugio muy autentico. Está todo muy cuidado y limpio, con taquillas, dos salones y la comida buenísima
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