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2.448 m
1.631 m
0
4,1
8,2
16,35 km
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cerca de Kaloí Lákkoi, Crete (Greece)
Para subir a este pico, situado en el corazón de las Montañas Blancas ( Lefka Ori) una cadena montañosa en la que son comunes las cimas de más de 2000 mts de altitud, nos alojamos en Anopoli. Desde allí alquilamos un vehículo 4x4 que nos llevó a través de una amplia pista hasta un punto en el que ya no pudimos continuar debido a una placa de nieve que la atravesaba. En circunstancias normales ( esta primavera ha tenido una cantidad no habitual de nieve en estas montañas) la pista continua unos 3 km más hasta que se termina. Desde el punto en el que nos dejó nuestro vehículo empezamos a subir. La via de ascenso no es nada complicada salvo por el hecho de que tuvimos que atravesar algunos neveros con nieve en buen estado y fáciles de pasar vigilando, eso si, de no resbalar y caer por la pendiente. Después de alcanzar el Pachnes (2.452 mts) e iniciar el regreso nos dirigimos a una cima anexa, cuyo nombre no llegué a saber con exactitud ( en algún sitio he visto el nombre de Gavala con 2.370 mts.)pues los mapas que utilizamos no daban tanto detalle a la cual fue muy fácil de subir pero un poco más complicado de bajar debido a que decidimos no deshacer nuestros pasos sino que cortamos por lo sano ara enlazar con el camino de descenso del Pachnes. Este tramo requiere ir con cuidado pues tiene una fuerte pendiente y está formado por piedra y tierra suelta, sin agarre y es fácil resbalar.
Las sensaciones son magníficas pues el contraste entre el color marrón claro de la tierra y el blanco de las zonas que aún conservan la nieve, junto con las formas redondeadas de estas montañas proyectan un sentimiento de montañas amables, nada salvajes.
Prácticamente no hay vegetación en toda el área recorrida ni señales de agua. Es una zona agreste que aparenta un desierto en altura.
Ni el desnivel ni la distancia deben suponer ningún obstáculo para gente acostumbrada a caminar por el monte, como demuestra el tiempo empleado que supone andar a un ritmo de 3 km. por hora
Las sensaciones son magníficas pues el contraste entre el color marrón claro de la tierra y el blanco de las zonas que aún conservan la nieve, junto con las formas redondeadas de estas montañas proyectan un sentimiento de montañas amables, nada salvajes.
Prácticamente no hay vegetación en toda el área recorrida ni señales de agua. Es una zona agreste que aparenta un desierto en altura.
Ni el desnivel ni la distancia deben suponer ningún obstáculo para gente acostumbrada a caminar por el monte, como demuestra el tiempo empleado que supone andar a un ritmo de 3 km. por hora
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