Desde antes de tomar las escaleras coger una senda pegada a la roca que se dirige al este.
Nos permite acercarnos al precipicio principal, impresionantes vistas de la garganta del río Flumen y de la pared de la peña de Man.
Una corta senda bajo las copas de los arbustos nos puede dar una idea de lo diversas que pueden ser estas selvas de matorrales, aparte del boj (
08), de la senera (
01) y de la betilaina (
55), encontramos una madreselva arbustiva Lonicera xylosteun, el aligustre (Lygustrum vulgare), y más escasos un espino Rhamnus saxatilis y el Cotoneaster nebrodensis. Sobre el suelo umbrío plantas típicas de sombra como violetas, primaveras, hepáticas (Hepatica nobilis) y algún helecho de gran tamaño como los Polipodium. Después de bajar un escalón rocoso accedemos a una plataforma sin protecciones, con impresionantes vistas al precipicio, en especial en invierno cuando la niebla se adentra en la garganta entre las peñas y vemos volar a los buitres sobre el mar de nubes.
Comentarios