SEIMEIRA DA PENA DOS PORTELOS

En la zona de Galicia que limita con Asturias, seimeira es la palabra que define a las cascadas o saltos de agua. Esta misma palabra se utiliza también en la parte asturiana.
La ruta comienza en San Xurxo de Piquín adonde se llega tomando la carretera que une Lugo con A Fonsagrada. En el pueblo de Baleira nos desviamos a mano izquierda por la Carretera LU-750 en dirección a Meira (concello al que pertenece la Seimeira). Un poco después de pasar por Rioxán, nos desviaremos a mano derecha por la pista LU-P-5404 hasta llegar a Chao de Pousadoiro. Aquí cogemos la carretera LU-P-4806 que nos conduce al inicio de la ruta.
Aquí dejaremos el coche al lado derecho de la carretera y veremos el cartel indicativo de la Fervenza. Tenemos suerte porque es una Seimeira que está indicada en todo su recorrido.
El inicio de la ruta es desalentador, ya que empezamos con una pendiente con fuerte desnivel, en parte hormigonada. Pero no hay que asustarse, ya que la pendiente fuerte termina pronto.
Una vez que hemos subido los primeros metros, conviene descansar y tomar un poco de aire, ya que el fuelle nos empieza a fallar. No asustarse ya que el camino pierde mucha pendiente y se transforma en un paseo por un bosque autóctono de robles y castaños centenarios
Si acudís en otoño, como lo hemos hecho nosotros, podréis iros con dos regalos: uno el de la Seimeira y otro el de la gran cantidad de castañas que podremos recoger.
La Seimeira de A pena dos Portelos se encuentra en el Rego de Survial de Conxo, afluente del río Eo por su margen derecha.
El camino está marcado en toda su extensión, sin posibilidad de pérdida. En un determinado momento la pista ancha se convierte en un sendero.
En la Seimeira, el agua cae desde 15 metros de altura sobre pizarras, en un rincón húmedo y oscuro, donde crecen helechos y plantas caducifolias.
El regreso es por el mismo camino. A la vuelta podremos visitra la iglesia de Xan Xurxo, que está situada en la margen izquierda del Río Eo. Fue construída en el año 1782, de estilo neoclásico. La nave está cubierta con una bóveda de cañón y dos capillas laterales, con cubiertas de pizarra. Destaca por encima de todo su bello campanario.