Colina de las Brujas. P. N. Curlandia. Joudkranté. Lituania

Colina de las Brujas. P. N. Curlandia. Joudkranté. Lituania

Uno de los sitios más sorprendentes en Lituania es sin duda la llamada Colina de las Brujas en el Parque Nacional del Istmo de Curlandia. Se trata de una pequeña colina a escasos kilómetros de las localidades de Nida y de Juodkrante en donde naturaleza, misticismo y leyendas populares se mezclan a partes iguales, siempre con un hilo conductor: las brujas, los trolles, los dragones… en definitiva, la magia..

En el paseo por esta colina, podemos encontrar diferentes estatuas de los principales cuentos clásicos y leyendas de la cultura y el floklore lituano, la mayoría de ellas talladas en madera de roble. Fue en la década de los 70 cuando diversos artistas lituanos empezaron a colocar estas figuras en la colina, y hoy son más de 80 distintas las esculturas que podemos ver aquí.

La Colina de las Brujas es un fenómeno relativamente reciente. La primera escultura se colocó allí en 1979, realizada por un artesano maderero de la propia ciudad. Poco a poco otros artistas locales fueron colocando sus obras, todas ellas centradas en la leyenda y el misticismos.

Encontrarla es realmente sencillo: solo tenéis que ir a Juodkrante (en el centro del istmo) e ir a la mitad del pueblo. Una escultura de madera marca la entrada a la colina, a la cual podéis acceder desde dos puntos distintos:

Por unas escaleras que os pondrán directamente en mitad de la colina. La otra entrada es desde un aparcamiento al lado de un mercadillo de souvenirs.

La ruta por la colina tiene un kilómetro y medio. Eso sí, este es el camino principal, pero hay decenas de pequeños senderos y variantes que salen desde él. Sea como fuere, mal se tiene que dar para no toparos con decenas y decenas de esculturas de madera. Se calcula que hoy en día hay casi 100.

Pese a la temática de las esculturas o el propio nombre de la colina, no esperéis algo tétrico. De hecho, es todo lo contrario: un destino familiar por el que dar un paseo agradable. Incluso en algunas esculturas te puedes sentar o son juegos infantiles, por lo que lejos de dar miedo es un sitio de lo más tranquilo.

Una horita después de empezar el paseo, llegaréis a un pequeño mercadillo en el que haceros con souvenirs relacionados con la brujería, el mar y otros temas relacionados con Curlandia.

El lugar está lleno de misterio, pues son muchas las personas que afirman que aquí ocurren cosas extrañas. Apariciones y extraños ruidos dicen estar a la orden del día en este mágico lugar. Una de las leyendas más conocidas, es la de la estatua del cuentacuentos, de quien dicen que de vez en cuando se le oye susurrar a los paseantes.

El sitio se ve en 1 hora fácilmente y no tiene pendientes demasiado pronunciadas, por lo que es bastante accesible para todo el mundo, Desde luego, si viajas por el istmo de Curlandia, la colina de las brujas es una parada obligatoria en el camino, pues en uno de los sitios más curiosos y mágicos que tiene el país.

Entre todas las leyendas que se cuentan, una de las más famosas es la del cuentacuentos, un personaje condenado por una bruja a pasar la eternidad convertido en estatua y al que según cuentan, todavía hoy se le puede oír de vez en cuando susurrar historias.

Otra de las esculturas con más historia de la colina de las Brujas, es la estatua de Neringa, la niña gigante que trayendo arena entre sus faldas, se dice en las leyendas populares de Lituania, que fue al causante de la creación del istmo de Curlandia.

Pero sin duda, la más famosa es la escultura que representa la puerta del infierno, y tras ella al diablo. Se dice que para ser limpiado del pecado es necesario pasar a través de las puertas del infierno, aun a riesgo a que tu alma sea atrapada por el diablo.

El lugar se convierte cada dos años en el escenario perfecto perfecto para celebrar fiestas paganas, en un evento conocido bajo el nombre de Festival de Verano, y que se realiza siempre en la víspera del solsticio de verano.

Saliendo de la colina, y casi finalizando el sendero, nos encontramos la escultura de un gallo con la inscripción «Gaidis uzgiedojo – Smeklos isbegiojo», que viene a significar algo así como «Cuando el gallo canta, los fantasmas huyen». No sabemos a ciencia cierta si esos fantasmas desaparecen con el canto del gallo, al abandonar el lugar o nos acompañan para siempre, pero lo que si es cierto es que el sitio no deja indiferente a nadie.

Otras rutas realizadas en los Países Bálticos son:

Parque Nacional Lahemaa. Península de Kasmu. Estonia
Paseo por la ciudad de Rakvere. Estonia
arque Nacional Lahemaa. Oandu a Vosu
Paseo por la playa de Võsu. Estonia
Palacio Palmse. Parque Nacional Lahemaaa. Estonia
Parque Natural de Haanja. Río Rõuge. Estonia
Paseo por la ciudad de Tartu. Estonia
Parque Nacional de Gauja. Sigulda. Letonia
Paseo por la ciudad de Cēsis. Letonia
Paseo por el modernismo y Art déco de Rila. Letonia
Parque Nacional Kemeri. Jurmala. Letonia
Paseo por la ciudad antigua de Riga. Letonia
Museo de la Guerra Fría. Plateiai. P. N. Zemaitija. Lituania
Colina de las Brujas. P. N. Curlandia. Joudkranté. Lituania
Parque Nacional de Curlandia. Duna de Parnidis. Mar Báltico. Lituania
Parque Nacional Curlandia. Duna de Parnidis. Nida. Lituania
Paseo por Klaipeda. Lituania
Parque Regional rio Neris. Paneriai. Lituania
Paseo por la ciudad de Tallin. Estonia
Paseo por la ciudad antigua de Tallin. Estonia
Paseo por la ciudad de Vilnius. Lituania
Parque Nacional de Trakai. Castillo. Lago Galves. Lituania